Jardinería terapéutica: los beneficios de la terapia con plantas

Hace que nos sintamos mejor con nosotros mismos, más libres y mejora nuestro ánimo. También rebaja los niveles de estrés y nos llena de energía. Es bien sabido que estar en contacto con la naturaleza nos calma, y que existen disciplinas —como la terapia hortícola— que aprovechan estas ventajas para procurar bienestar.

A continuación, te detallamos en qué consiste la terapia con plantas y sus beneficios, además de cuáles son las mejores plantas para iniciarse en la satisfactoria y paciente labor de la jardinería terapéutica.

¿Qué es la terapia con plantas?

La terapia con plantas —o terapia hortícola— es un tratamiento no farmacológico que busca el bienestar integral de las personas a través de la jardinería y el contacto con la naturaleza. Esta disciplina se lleva a cabo y es muy popular desde hace más de medio siglo en países como Reino Unido, Irlanda, Alemania o Estados Unidos, demostrando una gran eficacia tanto en programas de terapia, prevención y rehabilitación.

La hortiterapia combina conocimientos sobre discapacidades — ya sean física, cognitiva o sensorial—, varias patologías, trastornos psicosociales y necesidades especiales de aprendizaje, con la agricultura, jardinería, paisajismo y educación ambiental.

Es importante que la jardinería terapéutica esté adaptada a las capacidades, necesidades y preferencias de la persona que vaya a realizarla. Es decir, para disfrutar por completo de esta actividad, si nunca se ha practicado antes, es importante comenzar por plantas de fácil cultivo y, más adelante, que la persona decida aumentar la dificultad de esta labor.

Beneficios de la jardinería terapéutica

Trabajar con plantas, frutas y hortalizas, casi sin darnos cuenta, hace que también trabajemos en nosotros mismos. Los beneficios que trae consigo la terapia con plantas abarcan múltiples áreas:

Beneficios cognitivos

Estimula la memoria y mejora el rendimiento cognitivo.
Aumenta la concentración y la capacidad de atención.
Promueve el desarrollo creativo y la inteligencia estética.

Beneficios psicológicos

Mitiga trastornos como la ansiedad, la depresión y el estrés.
Potencia una buena autoestima, el bienestar general y la sensación de logros.
Cultiva la paciencia y la responsabilidad, mejorando el manejo de la ira y la frustración.

Beneficios sociales

Promueve las relaciones sociales, también mejorando la autoestima.
Impulsa el trabajo en equipo.
Reduce la sensación de soledad no deseada.
Fomenta la autonomía e independencia.

Beneficios físicos: ejercicio suave y contacto con la naturaleza

Realizar con cierta frecuencia terapia hortícola también influye en nuestro bienestar físico. Estos son algunos beneficios de la jardinería para personas mayores que brinda esta actividad:

Refuerza nuestro sistema inmunitario.
Reduce el sedentarismo y ayuda a mantener el peso corporal.
Ejercita la psicomotricidad y la coordinación ojo-mano.
Mejora la movilidad, la resistencia y la condición física, además de fomentar unos hábitos nutricionales saludables.
Reduce la presión sanguínea y mejora el ritmo cardíaco.
Estimula nuestros sentidos por completo.
Aumenta las endorfinas.
Ayuda a asegurar el descanso, evitando posibles episodios de agitación nocturna en pacientes con demencia.

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Cómo empezar con la terapia hortícola

Para adentrarnos en el mundo de la terapia con plantas, necesitaremos antes de nada contar con un espacio donde comenzar a cultivar. Disponer de jardín, terraza o, incluso, un invernadero ayudará que nuestras plantas estén más cómodas y a relajarnos para llevar a cabo la siembra en un espacio bien acondicionado.

A su vez, debe contar con una buena accesibilidad y seguridad que garantice la cómoda circulación de personas en silla de ruedas, con problemas de movilidad o con algún tipo de discapacidad. También es importante esa sensación de contacto con la naturaleza, incluso si nos encontramos en un ambiente urbano.

Para empezar con la terapia hortícola, se recomienda:

Iniciarse con plantas de fácil cultivo. Las suculentas y los cactus no necesitan un cuidado excesivo y ayudan a aumentar la sensación de satisfacción y la confianza para seguir con la terapia.
Establece objetivos a corto plazo. Realiza tareas simples, como limpiar el polvo de las hojas o regarlas en función de sus necesidades.
Experimenta con las técnicas de jardinería. Investiga sobre las especies y métodos de cultivo. Esto puede suponer un nuevo reto y ayudará a estimular la cognición de la persona.
Aromaterapia natural. Podemos combinar ambas terapias no farmacológicas al cultivar flores o frutos que fomentan el bienestar a través de su fragancia.

La terapia con plantas exige pasar tiempo al aire libre. Si quieres asegurar tu tranquilidad y la de tus seres queridos tanto dentro como fuera de casa, los relojes de teleasistencia como Senzia están ideados para cumplir esta función allá donde te encuentres. ¿Quieres saber más? Llama al teléfono gratuito 900 123 700. ¡Te atenderemos encantados!

Plantas ideales para la terapia

Si quieres iniciarte en la terapia con plantas, te enumeramos algunas de fácil cultivo para lograr tus primeros brotes en esta disciplina. Con el tiempo y la práctica, los frutos comestibles pueden convertirse en estupendos ingredientes que incluir dentro de una saludable alimentación para personas mayores:

Albahaca. Se trata de una planta de fácil cultivo y productiva incluso en espacios pequeños. Puede cultivarse tanto en interior como en exterior. Si se cultiva en exterior, necesita semisombra; en interior necesitará de sol directo.
Cilantro. Esta planta aromática es poco amante del calor y puede brotar tanto en interior como en exterior. Es importante mantener el sustrato siempre húmedo para que sobreviva.
Lavanda. Es una planta de exterior que necesita sol y secano. Debe cultivarse en un recipiente grande y profundo (a partir de 4L de capacidad) para un correcto desarrollo.
Menta. Necesita estar en zonas frescas y con mucha luz. Puede cultivarse tanto en interior como en exterior, y será productiva incluso en recipientes pequeños.
Perejil. Es prima hermana del cilantro, requiriendo de cuidados similares. Es de fácil cultivo y poco amante del calor.
Romero. Al igual que la lavanda, adora el secano y el sol directo.
Suculentas y cactus. Son plantas de fácil mantenimiento y precio accesible. Sólo necesitan luz y agua apropiadas, además de tierras y fertilizante específico.

Unas manos sostienen una planta en una maceta. — La terapia hortícola beneficia a las personas mayores en los ámbitos cognitivo, físico, social y emocional.

La terapia con plantas en personas mayores

La horticultura terapéutica es una experiencia que fomenta el bienestar y la autoestima en la tercera edad, aunque no sólo se limita a este grupo etario. La terapia hortícola impulsa el envejecimiento saludable, generando un interés en un ámbito en el que quizá antes no se había adentrado o dedicando más tiempo en esta etapa vital, ahora que es posible.

A su vez, existen talleres para personas mayores donde poder mejorar las dotes de jardinería de forma progresiva, además de ser una estupenda oportunidad para conocer gente interesada en esta labor.

Beneficios específicos

Además de los beneficios arriba mencionados que aporta la terapia con plantas a las personas mayores, también tiene efectos positivos en las personas que padecen algún tipo de demencia, como el alzhéimer, y a ayudar a su prevención. No sólo regula el estrés, sino que también es un estupendo ejercicio de estimulación cognitiva, un facilitador del sueño y ayuda a abrir el apetito en las personas mayores.

Adaptación de actividades

A la hora de llevar a cabo una terapia con plantas, es recomendable planificar ciertos aspectos para adaptarlo a las necesidades de las personas participantes y que todo el mundo se sienta satisfecho con el resultado.

Sitúa las macetas a una altura óptima —ni muy arriba, ni en el suelo— para disfrutar de la actividad sin dolor. Si contamos en casa con suficiente aspecto, podemos hacernos con unas mesas de cultivo que facilitan la hortiterapia.
Hazte con maletas de plástico para evitar posibles roturas.
Presta especial atención a los fertilizantes y prescinde de los que contengan químicos.
Haz acopio de herramientas de fácil uso.
Tenga especial un especial cuidado si la persona sufre demencia, pues puede intentar ingerir las plantas. No plante especies que sean venenosas, como narcisos, glicinas, hortensias o crisantemos, entre otras.
Si no dispone del suficiente espacio en su hogar, acuda a algún huerto urbano que esté próximo o vaya a talleres de jardinería que dediquen un par de horas por semana.

Recursos y herramientas

Libros y guías

«Replanta. Cultiva frutas, hierbas y verduras a partir de restos de cocina», de Paul Anderton y Robin Daly.
«Enciclopedia de plantas y enfermedades de las plantas», de la Royal Horticultural Society.
«Cómo no matar tus plantas», varios autores.
«El cultivo vertical: frutas y hortalizas».
«Huertos urbanos y macetohuertos».

Aplicaciones móviles y comunidades online

Asociación Española de Centros de Jardinería.
Infojardín.
Mundo Jardín.
Gerente de Jardín.
Waterbot: Regar plantas.
Info Jardín. Perfecta para principiantes.

Conclusión

La terapia con plantas ofrece múltiples oportunidades y beneficios: es una actividad que se adapta a todo tipo de necesidades en cualquier etapa vital. Da igual si vives en una zona rural o urbana, reconectar con la naturaleza nos ayuda a ir más lentos en un mundo que parece ser cada vez más vertiginoso e hiperestimulante, y cultivar plantas y frutos es un vehículo estupendo para ello. Si nunca antes te habías animado a sembrar tus propias plantas, la terapia hortícola puede ser un arranque idóneo para descubrir una afición que llegue a apasionarte.