Construye un hogar acorde a tus necesidades: Viviendas adaptadas para personas mayores

En España, las viviendas adaptadas para personas mayores son una excepción, no la norma: sólo el 0,6% de los edificios de viviendas son universalmente accesibles, según datos ofrecidos por el Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (CGATE). A su vez, la institución técnica revela que sólo el 63% de los pisos no disponen de una entrada accesible desde la calle y que el 22% sigue sin tener ascensor. 

En este artículo, te contamos por qué es imprescindible que cada vez haya más viviendas adaptadas para mayores con movilidad reducida y cómo hacer posible la accesibilidad en el hogar. 

¿Cómo adaptar la casa para una persona mayor?

Son incontables los casos en los que el entorno no se adapta a las necesidades de las personas mayores o de las que padecen algún tipo de discapacidad y/o dependencia, haciendo que el propio hogar sea un espacio desfavorable para su libre movilidad. 

La previsión es muy importante: no hace falta que lleguemos a edades avanzadas para rehabilitar unas viviendas adaptadas para personas mayores o con dificultades de movimiento, que garanticen su seguridad y comodidad. Cada estancia obedece a distintas normas, pero en todas ellas se debe tener en cuenta: 

• Eliminar los obstáculos que dificulten el paso y movilidad. Aunque muchos puedan ser objetos de valor, hay que considerar si impiden o estorban la libertad de movimientos dentro del hogar. Un ejemplo de ello son las alfombras, que pueden ser un riesgo evitable de caídas en personas mayores si no están bien adheridas al suelo. 
• Buena iluminación. No sólo reduce la probabilidad de caídas, sino que crea un ambiente más cómodo y acogedor. Se recomienda adquirir sensores de luz que detecten el movimiento, ideales para pasillos o salas de estar. 
• Menos es más. A veces no es cuestión de añadir dispositivos de seguridad, sino de minimizar los riesgos. Se aconsejan espacios diáfanos o armarios bien ordenados.

Una vivienda acorde a cada necesidad

Antes de ponernos manos a la obra y hacer que la accesibilidad en el hogar sea una realidad, debemos tener en cuenta las necesidades específicas de nuestros seres queridos, especialmente si tienen movilidad reducida, discapacidad, o algún estadio de demencia. 

Movilidad reducida o discapacidad

Encontrar viviendas adaptadas para mayores con movilidad reducida o discapacidad puede suponer un reto. Estos domicilios están diseñados para asegurar la comodidad y la accesibilidad en el hogar, fomentando que las personas que vivan en ellos disfruten de una mayor autonomía y calidad de vida. 

Estas viviendas eliminan barreras arquitectónicas y facilitan el acceso de las personas que van en silla de ruedas o cualquier otro soporte. Sus puertas y estancias son más anchas para asegurar el desplazamiento y el acceso, están libres de obstáculos y hay rampas que sustituyen las escaleras. 

Enfermedades neurodegenerativas

Si buscamos una mayor accesibilidad en el hogar para mejorar la calidad de vida de un ser querido que padece una patología neurológica, se aconseja que la transformación sea progresiva y en función de las circunstancias del momento. De esta forma, evitaremos confusiones que puedan desembocar en un episodio de agitación. 

Mantener un hogar tranquilo y accesible también forma parte de los cuidados de personas con alzhéimer o de cualquier otro tipo de demencia. Entre las recomendaciones más destacadas, se encuentran el descartar colores fuertes de muebles o paredes, conservar objetos materiales hacia los que tengan apego (pero que no resulten un obstáculo) o la instalación de una cama adaptada. 

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Accesibilidad en el hogar: Estancia por estancia

Para que las viviendas adaptadas para personas mayores puedan recibir ese nombre, deben cumplir ciertos requisitos en cada espacio del hogar: 

Salón

El salón suele ser el espacio más concurrido y donde más tiempo pasamos, por los que estos espacios en las viviendas adaptadas para personas mayores deben estar lo más despejados posible y que tengan espacio suficiente para facilitar el paso, sea cual sea su circunstancia. 

Es importante que tengan sofás cómodos y ergonómicos, ni muy altos ni muy bajos, que faciliten el sentarse y levantarse cuando lo necesiten. Se recomienda que los muebles sean de bordes redondeados y sin colores estridentes. También se aconseja tener un teléfono inalámbrico en esta estancia, para que no se apure a la hora de levantarse y responder llamadas. 

Cocina

Para asegurar la accesibilidad en el hogar, se aconseja la colocación de armarios y puertas correderas para reducir el riesgo de golpes en la cabeza y otro tipo de lesiones o, en su defecto, utilizar protectores para las esquinas. Para ver mejor el contenido de los armarios oscuros, se recomienda colocar luces.  

Las encimeras de las viviendas adaptadas para personas mayores son más bajas (pensando en aquellas que se desplacen en silla de ruedas), y los electrodomésticos se ubican a una altura adecuada. Para cocinar, es preferible adquirir electrodomésticos de fácil mantenimiento: hornos y microondas con puertas laterales. A su vez, se apuesta por placas de inducción que indiquen la temperatura. 

De forma adicional, y para salvaguardar la seguridad en el hogar, puedes instalar un detector de humos. Si eres persona usuaria de teleasistencia domiciliaria o si planeas contratar sus servicios, estos detectores forman parte de la amplia oferta de prestaciones para asegurar el bienestar de sus usuarios.  

Baño

A la hora de adaptar nuestro domicilio, el baño es una de las estancias en las que debemos volcar más esfuerzos, puesto que el 66% de accidentes domésticos que sufren las personas mayores se producen en el baño, según el portal Solidaridad Intergeneracional. 

Las viviendas adaptadas para personas mayores descartan —valga la redundancia— los baños con bañera y apuestan aquellos con un plato de ducha antideslizante, a nivel del suelo, y con asiento incorporado. A su vez, cuentan con barras de apoyo para facilitar la entrada y salida de la ducha. 

También es importante, si el espacio lo permite, tener una silla a mano donde colocar la ropa, además de colocar un deshumidificador que evite que las superficies sean más deslizantes, especialmente en aquellas regiones donde la humedad incide con más fuerza. 

Dormitorios

En las casas que disponen de segunda planta, es frecuente que los dormitorios se ubiquen en los pisos superiores. Para limitar los esfuerzos de la persona mayor, se recomienda recolocar el dormitorio en la planta baja y, de forma idónea, lo más próximo posible a un baño. De lo contrario, se recomienda la instalación de un elevador de escaleras. 

Si la persona tiene que pasar mucho tiempo encamada, se aconseja una cama eléctrica que facilite el acceso a la hora de acostarse y levantarse, asegurando además una buena higiene del sueño. 

Al igual que en el baño, es recomendable tener a mano una silla donde colocar la ropa. Por otro lado, la mesita de noche debe estar a una altura adecuada respecto a la cama, para que pueda acceder a ella desde la misma. Respecto a los interruptores de la luz, lo ideal sería tener uno a la entrada del dormitorio y otro junto a la cama, además de ser visibles en la oscuridad. Para lograrlo, sólo tendrás que colocar unos adhesivos fosforescentes sobre ellos.

Pasillos y escaleras

Los pasillos de las viviendas adaptadas para mayores con movilidad reducida cuentan con una amplitud de, mínimo 90 cms. En caso de que haya muebles que reduzcan esta anchura, es mejor reubicarlos. Para que la persona sienta una mayor seguridad y aseguremos la accesibilidad en el hogar, podemos instalar un pasamanos. 

Para adaptar las escaleras, en caso de que la persona se desplace en silla de ruedas, se puede instalar una silla o plataforma salvaescaleras. Si no precisa de silla de ruedas y, en caso de no tenerlas ya incorporadas, se recomienda instalar barandillas, además de que haya interruptores de la luz (con sus respectivos adhesivos fosforescentes) al principio y al final de las escaleras.  

Exteriores

En España, cerca de 100.000 personas no pueden salir a la calle por vivir en inmuebles no accesibles, según la Fundación Mutua de Propietarios, afectando en su salud emocional y física, y obligando al 22% de personas con movilidad reducida a trasladar su domicilio.  

La accesibilidad en el hogar comienza en el exterior y, en el caso de casas o chalets independientes, habrá que consultar a un arquitecto profesional qué adaptaciones necesita mi vivienda (rebajar aceras, colocar rampas, entre otras). 

Por otro lado, si vives en una comunidad de vecinos, tendrás que poner en conocimiento de los mismos o del administrador de la finca qué necesidades precisa la persona afectada y, a raíz de ahí, determinar las intervenciones que hay que llevar cabo. En caso de que afecten a suelo municipal, la comunidad de vecinos tendrá que comunicarlo al Ayuntamiento.

Recursos y apoyos para adaptar la vivienda

Las viviendas adaptadas para personas mayores es una realidad que será cada vez más frecuente, teniendo en cuenta el cada vez mayor envejecimiento de la población. Ante ello, existe un despliegue de recursos —de carácter público y privado— ayudan a adecuar el entorno a las necesidades, sean las que sean, de los adultos mayores. 

Subvenciones y ayudas económicas

Las instituciones públicas ofrecen subvenciones o ayudas especiales con las que adquirir material asistencial o llevar a cabo cambios en la distribución del hogar a un precio más reducido. Tanto el Gobierno central como las Comunidades Autónomas y los Ayuntamientos suelen disponer de fondos especiales con los que poder asumir muchos de estos gastos. A día de hoy, a nivel nacional, las siguientes ayudas hacen posible la accesibilidad en el hogar:  

• Programa de Fomento de la conservación, de la mejora de la seguridad de utilización y de accesibilidad en viviendas (2022-2025), del Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana. 
• Programa de rehabilitación residencial del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, proveniente de los fondos europeos NextGenerationEU. 
  

Igualmente, recomendamos comprobar también las ayudas disponibles en tu región, que podrás encontrar en las distintas páginas web de tu comunidad autónoma o municipio. 

Antes de iniciar el proceso de solicitud de cualquier ayuda, es conveniente que te informes bien para que conozcas si reúnes todos los requisitos específicos y, después, recabar toda la documentación necesaria para acceder a cualquiera de los trámites sobre viviendas adaptadas para personas mayores o con discapacidad. 

Servicios especializados para hacer un hogar accesible

Si prefieres optar por servicios de carácter privado, muchas empresas rehabilitan tu domicilio para hacerlo accesible. Estudian a conciencia tanto las necesidades de la persona como la distribución de la vivienda y sus exteriores, haciendo que esta transformación logre la permanencia en el hogar de la persona, mejore su calidad de vida y mantenga su autonomía en el entorno más cómodo posible. 

Pisos tutelados para mayores independientes

En algunos casos, algunas personas mayores no pueden o no desean vivir en su domicilio habitual, y los centros de atención residencial ofrecen una residencia permanente y atención integral a los mayores que lo soliciten, como teleasistencia, apoyo personal y social. Las condiciones para optar a ellos dependerán de la comunidad autónoma donde se resida.

Servicios de Asistencia a Domicilio

La gran mayoría de personas mayores que necesiten ayuda prefieren vivir en su hogar, y los servicios de asistencia a domicilio se convierten en prestaciones excelentes con las que mejorar la calidad de vida de este grupo de población tan diverso. 

Las dos formas más habituales de asistencia en el hogar son el Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD), enfocado en brindar ayuda en el día a día del adulto mayor, y el Servicio de Teleasistencia Domiciliaria (TAD), que ofrece una atención integral y personalizada las 24 horas del día, los 365 días del año, ante cualquier tipo de necesidad o emergencia.  

El papel de la teleasistencia domiciliaria

La teleasistencia domiciliaria cumple una función asistencial fundamental que complementa los cuidados y la atención tanto de las personas mayores como de otros grupos vulnerables. 

Dispositivos adaptados a cada necesidad

Una de las prestaciones más valiosas de la teleasistencia es que las personas que acceden al servicio pueden escoger qué dispositivos incorporar para aumentar la seguridad y accesibilidad en el hogar. Estos dispositivos de última generación, propios de la teleasistencia avanzada, cubren distintas necesidades: 

• Detectores de caídas. Estos periféricos alertan de inmediato al Centro de Atención ante un posible accidente doméstico. Al detectar una anomalía, se activa tanto el micrófono como el altavoz para que un equipo profesional conozca el estado de la persona usuaria y actúe en consecuencia a la mayor brevedad. 
• Sensores de movimiento. Estos dispositivos monitorizan los parámetros de actividad de comportamiento (como, por ejemplo, hábitos de sueño o de movilidad), e identifican sus desplazamientos habituales o si, por el contrario, la persona se encuentra inmóvil en un punto fijo del hogar. 
• Detectores de humo. La teleasistencia avanzada también facilita este tipo de dispositivos, indispensables en la detección inmediata de posibles accidentes en el hogar. 

Conclusión

Las viviendas adaptadas para personas mayores o con algún tipo de discapacidad, facilitan su autonomía en el día a día y contribuyen al aumento de su calidad de vida. Saber que cada estancia tiene su particularidad y adaptarla en consecuencia hará la vida más fácil a la persona y no estará expuesta a accidentes domésticos evitables. Conocer los diferentes recursos —tanto públicos como privados— nos ayudará a tomar la mejor decisión para hacer viviendas adaptadas para mayores con movilidad reducida, construyendo un espacio sin barreras en el que convivir.